ZAPATILLAS, así podría haber titulado esta nueva entrada del blog dedicado a la media maratón de Badajoz. Todos los que me seguís por la redes sociales y no perdéis detalle de mi reto deportivo, conoceréis la historia de las zapatillas que rodea este viaje a la ciudad extremeña. Resumiendo un poco por encima, me pasó algo insólito y que nunca me había sucedido, fui a una carrera y me deje las zapatillas en casa, si, podéis volver a leer la última frase porque imagino que no termináis de creer lo que estáis leyendo. Al final gracias a un buen amigo pude subsanar mi grave error y conseguir unas que me dejaron para participar en esta prueba y que mi viaje no cayera en saco roto.
Y ahora vamos a lo importante de cada etapa de mi reto deportivo. Tras un largo y algo pesado viaje, por la gran cantidad de kilómetros que hay que recorrer por carretera convencional, llegamos a Badajoz el sábado a última hora de la tarde, una vez instalado y solucionado el problema que anteriormente os conté, ya solo quedaba descansar para seguir sumando zancadas y una nueva ciudad a mis piernas.
A las 9 de la mañana se daría el pistoletazo inicial, hasta el momento ha sido la segunda capital de España junto con Madrid más tempranera para comenzar una carrera, después de Barcelona que empezamos a las 8:45. Aún no teniendo mis zapatillas, y partiendo de la base de que eran unas muy usadas y dos números más que el mío, no dude ni un momento en juntarme a la liebre de la hora treinta nada más comenzar y seguir su ritmo a ver cómo iba transcurriendo la carrera. Hacia una temperatura de 20 grados y una pequeña brisa que hicieron muy agradable todo el recorrido. Pasaban los kilómetros y me sentía muy cómodo y apenas notaba el desgaste, de este modo pude aguantar sin problemas con el buen grupo que habíamos formando unos diez corredores en ese globo de hora y media, y que tan bien estaba manteniendo nuestra liebre.
No faltó ambiente en ninguna parte del recorrido, esta ciudad con gran tradición carnavalera, aprovechó los recién pasados carnavales y plantó en distintos puntos de la prueba comparsas animando a los participantes, que junto al público repartido por las calles y las bonitas vistas de las que disfrutábamos cuando pasábamos por el río, hicieron que esta media maratón llegara a parecer algún kilómetro menos de los que realmente es. Y contra todo pronóstico cerré el último tramo, y crucé la línea de meta en esa maravillosa 1h y 30min, que ni yo esperaba que pudiera hacer.
Y ya van 23!!!
domingo, 26 de marzo de 2017
domingo, 5 de marzo de 2017
Almería - Febrero 2017 - 1h 32min
Viento. Esta es la palabra que puede resumir a la perfección una carrera como la que corrí a principios de febrero en la ciudad de Almería.
Casi mil cuatro cientos kilómetros nos separaban entre la ida y la vuelta de esta ciudad andaluza que ha servido para completar la vigésimo segunda media maratón de mi reto deportivo, y a pesar de todo eso, el sábado previo a la prueba allí estábamos a medio día instalados y listo para el domingo volver a sentir en mis piernas la maravillosa sensación de los veintiún kilómetros. Con una magnífica temperatura de 21 grados amaneció esa mañana, pero soplando un tremendo viento que se llevó rápido de mi cabeza la idea de atacar mi mejor marca personal en media maratón conseguida en Ciudad Real con 1h 26min. No sería el día de forzar, sino más bien de disfrutar de otra carrera, y dar un paso más en busca de las cuarenta y siete.
La prueba empieza, y transcurre durante los primeros cinco kilómetros de forma ascendente, lo que hace que el calentamiento e inicio se haga algo más duro. A partir de ahí se va suavizando y se vuelve un recorrido cómodo y llevadero, no sé si por la jornada desapacible de viento que hacía o por qué, pero fue una carrera con una gran falta de público, y como ya he comentado muchas veces, a los corredores eso nos hace los kilómetros un poco menos llevaderos en algunos puntos. La parte dura estaba por llegar, o por lo menos para mí. Casi la última parte de esta media maratón recorre la zona de la costa, paseo marítimo, playas...etc, y ahí ya sí que la dureza del viento hizo mella en las fuerzas que tenía reservadas para finalizar. Fuertes azotes de aire, a veces mezclados con arena de la playa dejaron su huella en esta prueba. Y ahora viene lo bueno que te regala este deporte cada vez que te calzas unas zapatillas y te pones un dorsal, la recompensa a luchar contra el viento, a los dolores de piernas, al desgaste psicológico que también toma protagonismo en algunas ocasiones...esa llegada, esa primera visualización del arco de meta, la primera imagen de mi mujer y mi hija aplaudiendo y lanzándome el último aliento para terminar...y esa foto sonriendo por volverlo a lograr.
Un saludo a todos y nos vemos en Badajoz!!!
Casi mil cuatro cientos kilómetros nos separaban entre la ida y la vuelta de esta ciudad andaluza que ha servido para completar la vigésimo segunda media maratón de mi reto deportivo, y a pesar de todo eso, el sábado previo a la prueba allí estábamos a medio día instalados y listo para el domingo volver a sentir en mis piernas la maravillosa sensación de los veintiún kilómetros. Con una magnífica temperatura de 21 grados amaneció esa mañana, pero soplando un tremendo viento que se llevó rápido de mi cabeza la idea de atacar mi mejor marca personal en media maratón conseguida en Ciudad Real con 1h 26min. No sería el día de forzar, sino más bien de disfrutar de otra carrera, y dar un paso más en busca de las cuarenta y siete.
La prueba empieza, y transcurre durante los primeros cinco kilómetros de forma ascendente, lo que hace que el calentamiento e inicio se haga algo más duro. A partir de ahí se va suavizando y se vuelve un recorrido cómodo y llevadero, no sé si por la jornada desapacible de viento que hacía o por qué, pero fue una carrera con una gran falta de público, y como ya he comentado muchas veces, a los corredores eso nos hace los kilómetros un poco menos llevaderos en algunos puntos. La parte dura estaba por llegar, o por lo menos para mí. Casi la última parte de esta media maratón recorre la zona de la costa, paseo marítimo, playas...etc, y ahí ya sí que la dureza del viento hizo mella en las fuerzas que tenía reservadas para finalizar. Fuertes azotes de aire, a veces mezclados con arena de la playa dejaron su huella en esta prueba. Y ahora viene lo bueno que te regala este deporte cada vez que te calzas unas zapatillas y te pones un dorsal, la recompensa a luchar contra el viento, a los dolores de piernas, al desgaste psicológico que también toma protagonismo en algunas ocasiones...esa llegada, esa primera visualización del arco de meta, la primera imagen de mi mujer y mi hija aplaudiendo y lanzándome el último aliento para terminar...y esa foto sonriendo por volverlo a lograr.
Un saludo a todos y nos vemos en Badajoz!!!
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