jueves, 18 de febrero de 2016

Barcelona - Febrero 2016 - 1h 28min

El sábado 13 de febrero por la mañana, y después de siete horas de viaje, llegamos a Barcelona. Como ya ocurriera en otras ocasiones, la climatología que me acompañó en la carrera fue extremadamente diferente a la que venía arrastrando en los entrenamientos por Segovia. Una semana antes de viajar a la ciudad condal, estuve jugando con mi hija en la nieve a la puerta de casa, y este fin de semana de la prueba, disfrutamos de una temperatura de veinte grados y sol.
Era la primera carrera de este 2016 para mi reto deportivo y encima en una ciudad como Barcelona, todo apuntaba a que sería una jornada para no olvidar, y así fue, puedo asegurar que ha sido una de las medias maratones que más me ha emocionado en estos casi tres años de vida del Reto 47.
Eran las 08:15 de la mañana y ya estaba calentando motores por el bonito parque de la Ciudadela, todo el recorrido estaba mili métricamente preparado para que media hora después sonara el pistoletazo de salida. Más de 16.000 corredores de varios países, tomamos las calles de esta bonita ciudad a las 8:45, y a partir de ahí todo fue sobre ruedas.


Casi todo el recorrido transcurría por calles principales y amplias, lo que hacía que en ningún momento se sintiera sensación de agobio corriendo, aún habiendo tal cantidad de participantes. Sin molestias durante toda la prueba pude disfrutar de correr en estado puro, a la vez que admiraba tantas zonas bonitas del trazado, como por ejemplo en los primeros kilómetros la estatua de Colón, o la Sagrada Familia al final de una calle por la que íbamos grabando nuestros pasos. Tuve la suerte de poder ver a mi mujer y a mi hija dos veces, una a mitad de carrera, donde aproveché para regalarle un beso, nada comparable al regalo que me hace ella acompañándome en cada uno de mis viajes, y por segunda vez en el mejor sitio, ciento noventa y cinco metros antes de llegar a meta, donde sonrientes me aplaudian y animaban sin parar. El último tramo casi en su totalidad, dibuja toda la costa por el paseo donde está la playa de la Barceloneta, zona de mar y palmeras que va echando el cierre a 1 hora y 28 min que me ha regalado esta media maratón, y esta gran ciudad, primera que corro en Cataluña y décimo octava de mi reto deportivo.
Una organización perfecta puso la guinda final a esta gran experiencia de participar en esta prueba tan multitudinaria y tan bien preparada, le doy un diez a la organización por no dejar nada al azar.

PD: hacerle a mi hija mil cuatro cientos kilómetros en menos de un día, y que no se queje nada, tiene más mérito que correr veintiún kilómetros...jejeje!