Fue mi segunda elección por varios motivos, pero principalmente la cercanía y la comodidad del recorrido. Veintiún kilómetros bastante llanos en un trazado de dos vueltas que hizo muy llevadera la prueba. El cielo respetó durante toda la carrera, gracias a eso y a la buena temperatura las calles estaban llenas de gente, que no paró de animar desde el principio hasta el fin.
Lo que no quiero dejar pasar antes de terminar con esta nueva entrada son dos anécdotas acontecidas en este gran día.
Por un lado y como nota curiosa, el pinchazo que sufrimos en el coche camino de Valladolid, hubo que hacer de mecánicos de fórmula uno por un día para no llegar tarde a la prueba, y por otro lado y más importante, fue la primera carrera con la presencia de mi hija recién nacida tres meses antes.
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