Empecé a lo grande, con una de las mejores media maratones que puede haber en España y que desde ese día ocupa las primeras plazas de mi reto, por organización, ambiente, ciudad, etc..., Barcelona fue la primera y la décimo octava de las cuarenta y siete. El mes de febrero me vio correr los veintiún kilómetros por la capital catalana, que además ha sido la única a nivel de mar de este año.
Sin dejar casi pasar un mes, me planté en Zamora, media maratón que sirvió también para completar todas las capitales de Castilla y León. Un día soleado pero frío, en el que me acompañó mi hermano y estuvo pendiente de mí durante la prueba, ya que esta vez no pudieron venir mi mujer y mi hija como es costumbre en cada viaje.
Llegó abril, y era hora de volver a correr en casa para celebrar otro aniversario del reto deportivo. Una vez más, y ya van cuatro, volví a correr en Segovia. Una grandísima sensación volver a sentir el calor de mi gente por las calles de mi ciudad y volver a cruzar esa meta tan histórica como son los arcos del Acueducto Romano.
Como todos los años hice un gran parón veraniego por falta de carreras, pero sobre todo por ganas de descansar y disfrutar del calor de esta estación, y en septiembre mis siguientes veintiún kilómetros fueron a parar a La Rioja, Logroño fue la veinte media maratón. Viaje relámpago a la capital del vino para completar esta carrera y vuelta para casa sin apenas poder saborear el gran ambiente de estos días, pero por fechas y otras circunstancias tuve que ir solo. Por último, y muy reciente a primeros de noviembre, corrí una de las más bonitas carreras que quedarán grabadas en mi retina. Cuenca me ofreció la veintiuna media maratón del Reto 47, una carrera fuera de lo normal, una carrera que no pisaba suelo urbano hasta el kilómetro veinte. Un precioso recorrido por los márgenes de Río Júcar, naturaleza en estado puro.
Y sin más, ahora ya me encuentro organizando la número veintidós, que será en febrero de 2017, en La Coruña o Almería....saludos a tod@s!!!