Poco después de las 08:00 de la mañana, estábamos ya en la capital manchega, como si de un ritual se tratara, previo a la prueba recogí mi dorsal, me cambié de ropa y realicé el tan necesario suave calentamiento antes del pistoletazo inicial. Antes de comenzar la crónica sobre la carrera, quiero resaltar un gran detalle de la organización. Cuando recogí la bolsa del corredor, pude deleitarme con la bonita camiseta conmemorativa que regalaban, sin duda para mí, hasta el momento el diseño más original que he podido ver en las diecisiete pruebas que llevo disputadas.
Sabía que llegaría a Ciudad Real en un buen estado de forma, estos meses estoy intercalando mi reto deportivo con la preparación de mi primer maratón, si a esto le sumamos la llana altimetría de la ciudad, era el momento perfecto para intentar bajar mi última mejor marca personal en media maratón que conseguí en Albacete. La lluvia, que sin cesar había caído durante toda la noche, respeto la carrera, y con un cielo nublado y una temperatura idónea para correr empecé otra etapa más.
El recorrido estaba muy bien trazado, pasando por zonas céntricas y recorriendo también largas calles más apartadas, terminando los últimos metros en el estadio de atletismo con las gradas repletas de gente animando. Me encontré al cien por cien durante toda la carrera y tuve que correr a un ritmo muy fuerte de principio a fin, pero todo este esfuerzo mereció muchísimo la pena, conseguí cruzar esa meta un minuto por debajo de mi último mejor tiempo y enmarcar Ciudad Real en 1h 26min.
Al final de este gran logro, estaba mi familiar esperándome, encabezada por la sonrisa de mi hija.
Antes de terminar, quiero agradecer al periódico La Tribuna de Ciudad Real, el gran reportaje que me hicieron unos días antes de la celebración de la prueba.
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